Importancia de la microcirculación en el tratamiento osteopático

A la hora de afrontar el tratamiento y cuidado de nuestro cuerpo ya sea como resultado de tener una lesión, de la necesidad de recuperarnos de ella o simplemente como mantenimiento y liberación de sus tensiones de estrés y dolor, debemos tener en cuenta dos estructuras o elementos fundamentales: uno es el sistema nervioso y el otro es el sistema vascular o circulación.

El primero, el sistema nervioso, el responsable de la comunicación eléctrica de nuestros órganos, músculos y tejidos. Transmite la información para el movimiento y para las sensaciones, y dentro de estas, la transmisión del dolor.

Por esto último, es habitual que se le suele dar más prioridad e importancia debido a esta alerta del dolor y a la apremiante necesidad de aliviarlo.

No obstante, igual de importante que prestar atención y trabajar la estructura nerviosa, es ayudar al paciente a mejorar la otra parte fundamental de la fisiología de los tejidos, la circulación sanguínea, pues esta es la responsable de la nutrición y drenaje del órgano alterado o la estructura lesionada.

Una terapia novedosa y específica de la microcirculación; la Terapia Físico Vascular Bemer.

Esto es algo indispensable para recuperarse de una lesión o trastorno, pues sin el transporte de oxígeno y nutrientes al líquido extracelular y sin el drenaje del CO2 y las toxinas metabólicas no es posible un buen funcionamiento, recuperación o regeneración de las células.

Dentro del sistema circulatorio existe una parte especial y frecuentemente olvidada en la terapéutica que es la microcirculación. La microcirculación es aquella parte de este sistema que tiene un tamaño microscópico, no puede verse a simple vista y comporta más del 70% de todo el sistema circulatorio.

Está íntimamente relacionada con las células puesto que es la que en última instancia transporta los nutrientes hacia líquido extracelular y a la propia célula y extrae de ellas los residuos metabólicos y las toxinas interferentes de la salud de la célula.

Tiene un ritmo diferente de vasomoción que la macrocirculación, y este es unos 3 pulsos o ciclos por minuto aproximadamente. Ciclo que se altera y se reduce en cuanto el organismo se ve sometido a algún tipo de estrés, toxemia, infección y desequilibrio de cualquier tipo.

En nuestro abanico de tratamientos y técnicas de salud tenemos aparte de las técnicas manuales habituales, una terapia novedosa y específica de la microcirculación; la Terapia Físico Vascular Bemer. Esta novedosa terapia trabaja a través de un campo magnético de baja frecuencia que recupera y estimula la vasomoción.

Según los estudios clínicos de la empresa Bemer, esta terapia viene a estimular en un 30% la oxigenación de la célula, el drenaje de esta y el sistema linfático y las defensas, así como también facilitar que puedan llegar mejor a las células cualquier medicamento o remedio biológico que aportemos al organismo y así aumentar su eficacia y biodisponibilidad.